#1Mayo2020- ¡Construir Solidaridad, Resistencia y Esperanza entre los pueblos!
by La Vía Campesina
#1MAYO2020- ¡CONSTRUIR SOLIDARIDAD, RESISTENCIA Y ESPERANZA ENTRE LOS
PUEBLOS!
1 MAYO 2020 DERECHOS DE LAS CAMPESINAS Y CAMPESINOS [1], SOBERANÍA
ALIMENTARIA [2], SOLIDARIDAD INTERNACIONALISTA [3]
DECLARACIÓN DE LA VÍA CAMPESINA – 1 DE MAYO “DÍA INTERNACIONAL DE LXS
TRABAJADORES”.
(Harare, 1 de Mayo de 2020) El hostigamiento en el marco de la pandemia
del COVID-19 se suma a las violencias históricamente practicadas contra
los pueblos. El foco de las noticias sobre la pandemia no puede hacernos
olvidar la violencia sistémica y sistemática ejercida en contra de las y
los campesinos y demás trabajadores del campo, y las violaciones a sus
derechos. En búsqueda de un ingreso digno y de asegurar sus medios
productivos, trabajadores y trabajadoras del campo de diferentes partes
del mundo se enfrentan constantemente a hostilidades, violencia,
persecución y criminalización. Esta situación se exacerba bajo el
establecimiento de las medidas excepcionales frente al virus. Hoy más
que nunca afirmamos ¡Los Derechos de lxs Trabajadores, también son
Derechos Campesinos [4]!
En su crisis, el capital personificado en las empresas transnacionales
de minería, del agronegocio, del hidronegocio, ya acosaba a los pueblos
del campo, de las aguas y de los bosques; con la pandemia, los gobiernos
sometidos a esas grandes empresas justifican la persecución y el
exterminio. Sin embargo, su preocupación no es salvar vidas, sino
intentar salvar la economía capitalista, que se asienta en la sangre de
miles de trabajadores en todo el mundo.
Para el campesinado, los pueblos pescadores y de los bosques, la lucha a
diario bajo el COVID-19 no es sencilla. En diversos países, al tratar de
acceder a los mercados para vender sus cosechas o productos, campesinas
y otros productores de alimentos enfrentan sanciones económicas o
criminales por circular fuera de sus comunidades. Mercados locales,
ferias, etc. fueron cerrados como medida preventiva, pero las grandes
superficies son estimuladas a seguir funcionando, explotando a sus
trabajadoras y a veces especulando con los precios de alimentos y otros
productos como las mascarillas. Afirmamos que el campesinado es capaz de
adoptar medidas rigurosas de higienización de modo a evitar contaminar y
ser contaminado.
En el trabajo agrícola, las personas que fueron llevadas a utilizar
productos tóxicos, como pesticidas, plaguicidas y otros, integran ahora
el grupo de mayor riesgo ante el COVID-19, por la debilidad física y
enfermedades que estos productos químicos provocan.
Comunidades afrodescendientes, pueblos originarios, indígenas,
migrantes, personas LGBTI, empobrecidos urbanos y mujeres, son algunas
de las personas que sufren el impacto desproporcionado de la crisis
sanitaria, social y económica.
La violencia doméstica se ha intensificado con el confinamiento, los
hogares se han vuelto más peligrosos para aquellas mujeres, niñas, niños
y personas mayores que ya eran víctimas de violencia. Colectivos
feministas que apoyan a las personas afectadas por la violencia, tienen
su labor limitada por la reclusión forzada y sufren ataques a su
libertad de expresión en los medios digitales.
La situación también golpea a las y los migrantes internacionales y
desplazados internos, en especial en los campamentos de refugiados en
estado de hacinamiento. Adultos y niños/niñas enfrentan una detención
arbitraria y prolongada, y un trato abusivo en condiciones insalubres y
degradantes, además del abuso policial. Personas involucradas en la
ayuda alimentaria han sido multadas en países del Norte y perseguidas en
países con regímenes autoritarios.
Desde el estallido del COVID-19, los gobiernos de todo el mundo han
aplicado restricciones más o menos drásticas a la libertad de movimiento
y la libertad de asamblea. Una pandemia se combate con información,
cuidados, salud pública universal y gratuita, no con policías y
ejércitos atacando a las personas. Algunos gobiernos se esconden detrás
de esta crisis para atacar, o dejar atacar, específicamente a las y los
líderes sociales y defensores de los territorios. Muchos periodistas o
escritores/escritoras también han sido atacados por difundir críticas a
los gobiernos, algunos han desaparecido o han sido silenciados. Al mismo
tiempo, grandes medios de comunicación han seguido jugando un papel
importante en la difusión de la discriminación y los discursos de odio
hacia determinados grupos sociales.
Sigue habiendo casos de encarcelamiento arbitrario, de incomunicación
sobre el estado de prisioneros políticos, y las medidas de cuarentena
han implicado suspensión de servicios judiciales, lo que ha servido de
excusa para impedir la liberación de personas, así como las denuncias y
el acceso a los recursos judiciales por parte de las personas amenazadas
o atacadas. Los reclamos por mejores condiciones sanitarias de las
personas presas, frente al Coronavirus, han sido duramente reprimidos en
varios países. Los estados de alarma, la mayor militarización y la
presencia de la policía se han convertido en la nueva norma en muchas
partes del mundo, lo que suscita la preocupación de que no se renuncie a
estos poderes una vez que la crisis haya pasado.
También las personas militantes y dirigentes de organizaciones populares
llaman la atención sobre las consecuencias e implicaciones a largo plazo
del incremento de vigilancia digital que se está implementando en todo
el mundo para, supuestamente, contener la propagación del virus. No
solamente pondría en riesgo los derechos digitales y la privacidad de la
sociedad en general, sino que también permitirían un mayor control del
trabajo y de los movimientos de las personas, y ataques - _online_,
hacia su libertad de expresión, y _offline_, hacia su vida - hacia
ellos, sus familias, comunidades y organizaciones. Al mismo tiempo,
quienes no tienen acceso a las tecnologías y a las varias herramientas
de comunicación, se encuentran aislados y sin posibilidad de comunicar
sobre su situación y organizarse en colectivos.
El estado de exclusión y desigualdad ha salido a relucir durante la
pandemia, en cuestión de semanas. El sistema hegemónico agro-alimentario
ha probado ser incapaz de combatir el hambre, la precariedad y las
terribles condiciones laborales. De no abordarse las causas
estructurales de las numerosas crisis que vive la humanidad, se
intensificarán las movilizaciones y las protestas sociales y con ellas
medidas de represión y control por parte de quienes mantienen el
monopolio político y económico. La pandemia ha precipitado una crisis
estructural del capitalismo que ya estaba anunciada.
¡SOLIDARIDAD SIN FRONTERAS POR LA VIDA!
Como La Vía Campesina este día animamos a fortalecer las alianzas entre
organizaciones populares, preservando la vida de aquellas personas que
luchan por sus territorios, por su cultura, por un modo de producir la
vida que no destruya el planeta. Debemos visibilizar y concienciar sobre
las amenazas a las personas y sus organizaciones, especialmente aquellas
que se encuentran en situación de mayor aislamiento. Debemos denunciar
de todas las formas posibles las violencias sufridas, apuntando a
gobiernos, empresas, terratenientes y otros que estén implicados en la
persecución, criminalización, desaparición y asesinatos de militantes y
dirigentes de movimientos y organizaciones populares. La violencia es, y
sigue siendo, un fenómeno estructural y no de emergencia, y debe ser
tratada como tal mediante el despliegue de los recursos necesarios.
La construcción colectiva es fundamental para enfrentar el mundo de
ahora y del futuro. La crisis también ha puesto de relieve la
solidaridad y la construcción de alternativas, existentes y nuevas, que
tienen que ser el motor de nuestras acciones colectivas futuras. No
volveremos a la "normalidad" de la violencia, a situaciones precarias.
El capitalismo no tiene nada que ofrecer a los pueblos, sólo violencia,
explotación y muerte. Lo que hoy afirmamos era fundamental ayer y lo
será mañana. Es hora de promover nuevos valores, es hora de apropiarnos
del conocimiento a través del estudio y fecundar los saberes
ancestrales, produciendo en nuestros territorios, alimentando el mundo y
preservando el planeta y la humanidad.
¡ES HORA DE FORTALECER LA SOLIDARIDAD, DE EJERCITAR LA RESISTENCIA, DE
CULTIVAR LA ESPERANZA!
¡PRIMERO LA VIDA, NO EL LUCRO!
Links:
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[1]
https://viacampesina.org/es/por-que-luchamos/derechos-de-las-campesinas-y...
[2] https://viacampesina.org/es/por-que-luchamos/soberania-alimentaria/
[3]
https://viacampesina.org/es/por-que-luchamos/solidaridad-internacionalista/
[4]
https://viacampesina.org/en/wp-content/uploads/sites/2/2019/06/UN-Delcara...
4 years, 8 months